La misión del ángel


Gabriel es un ángel que se dedicaba a mandar mensajes y correos a aquellas personas que viven en el cielo, un día Dios le hizo un llamado importante para enviar un mensaje a la Tierra, Gabriel muy sorprendido se dirigió a saber cuál era aquel mensaje. 

¿Qué tal has estado mi pequeño angelito? -dice Dios con mucho cariño. Muy bien Padre, me gustaría ayudarlo con ese mensaje tan importante -dice Gabriel con nerviosismo y felicidad.

Dios con mucha felicidad le comenta que el gran mensaje es a una mujer que se volvería muy importante para todos, tal mujer concebiría un hijo a quien llamaría Jesús, quien sería el mismísimo Hijo de Dios. Gabriel muy impresionado de ser el elegido para enviar ese mensaje, se dirige rápidamente a la oficina de correos que se encuentra en una de las nubes más altas, y escribe en un papel brillante su mensaje con tinta dorada, que una vez leído el mensaje, el papel se desvanecería poco a poco. ¿Por qué Dios me habrá elegido a mí? Soy tan joven ¿Lo haré bien? -se pregunta el ángel mientras escribía la carta. 

Uno de sus curiosos amigos lo escuchó y le preguntó -¿En qué fuiste elegido, amigo? En ese momento Gabriel pega un salto por el susto, no sabía que alguien lo había escuchado y decide contarle. "Amigo, Dios me pidió que mandara un correo superimportante y no sé por qué me eligió a mí". Su amigo se ríe y le dice a Gabriel -Eres el mejor mensajero del cielo, que afortunado eres de mandar un mensaje tan importante, todos confiamos en que lo harás bien. En ese momento, Gabriel se llenó de valor y decidió hacer lo mejor que pudo para enviar el gran mensaje.

Tomó el túnel en forma de acordeón y se dirigió a ver a María, a pesar de que la Anunciación sería escrita, tenía muchos nervios y así fue como sus manos temblorosas lograron que la carta volara por los cielos. ¡¡No puede ser, la carta!!- exclama Gabriel. Vuela tan rápido como puede y se da cuenta de que llegó a tierra firme, no sabía qué hacer ni qué decir, pero eso no lo detuvo. No podría decepcionar a Dios, tendré que hablar con María -dice Gabriel con determinación. Voló rápidamente y se anunció ante María, nombrando cada palabra que había escrito en la carta, de esa forma María aceptó la palabra de Dios y el ángel se retiró. Gabriel muy feliz volaba por todos los cielos cuando de repente un papel cae en su cara, era la carta que se le había desaparecido. En ese momento fue en el que se dio cuenta de que Dios actúa de formas misteriosas para quitarnos miedos y hacer que cada día nos atrevamos a superar retos. El angelito llega al cielo y Dios lo recibe con los brazos abiertos, se sentía la emoción por todos lados. "Querido Gabriel, te agradezco por cumplir la misión con éxito, he de notar que eres un gran mensajero", dice Dios muy orgulloso. El ángel muy feliz le hace una petición a Dios.

Dios, me encantaría ser el ángel que esté presente en el nacimiento del niño Jesús y protegerlo en ese momento de dicha y felicidad -comenta Gabriel. Por supuesto que sí, hijo mío, no habría alguien mejor para presenciar aquel momento en el que mi Hijo salude a la vida, pero antes tienes que hacer una importante aparición -dice Dios con cariño. Desde entonces Gabriel estaba muy feliz y cumpliendo todas sus tareas, pero tenía que cumplir una tarea muy importante. 

Una noche el ángel Gabriel se dirige nuevamente al túnel de acordeón, en este momento para ver a José en un sueño. Toma a María como esposa -dice Gabriel en su aparición. De esa manera José acepta aquel llamado del ángel, eliminando cualquier duda. Ya cuando el ángel vuelve al cielo todos celebran y tocan arpas doradas. 

Al pasar los meses, Gabriel realizaba todas sus tareas de forma muy efectiva, se volvió un ángel muy querido por todos y en la oficina de correos era uno de los más veloces. Hoy es el gran día, veré al hijo de Dios nacer, quien salvará al pueblo de sus pecados -dice Gabriel con felicidad y nerviosismo. Se arregla las alas, se pone su aureola más bonita y así es como se dirige a ver al Niño Dios nacer. En el nacimiento Gabriel se encargaría de simbolizar la bondad, el amor y la misericordia. Valores que aprendió diariamente en el cielo, transmitiéndolos a todos. Al nacer el Niño Jesús, una pequeña lágrima cae de los ojos brillantes de Gabriel, ahí notó que vendría nuestro Salvador.

Katherine Goncalves



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